Arteriografía: Abriendo caminos entre las arterias.
En la arteriografía, nos centramos en los vasos sanguíneos que llevan la sangre desde el corazón hacia distintas partes del cuerpo: las arterias. Mediante la introducción de un catéter delgado y flexible, generalmente en la ingle o el brazo, y la posterior inyección de un medio de contraste radiopaco, conseguimos imágenes radiológicas que resaltan el flujo sanguíneo. Este proceso nos permite identificar bloqueos, estrechamientos u otras anomalías arteriales.
Flebografía: El retorno venoso al corazón
En cambio, la flebografía se enfoca en los vasos que transportan la sangre desde los pies, de regreso al corazón, es decir, las venas. Al emplear un catéter introducido en una vena, usualmente en el cuello o la ingle, y la inyección del medio de contraste, logramos visualizar las venas en las imágenes de rayos X. Este enfoque nos proporciona información valiosa sobre el flujo sanguíneo venoso, detectando obstrucciones, coágulos u otras irregularidades.
Aplicaciones y Beneficios Clínicos
Estos procedimientos son herramientas fundamentales en el diagnóstico y tratamiento de diversas condiciones, incluyendo enfermedades cardíacas, obstrucciones arteriales, aneurismas y trombosis venosas. La capacidad de obtener información detallada sobre la estructura y función de los vasos sanguíneos es esencial para planificar intervenciones médicas o quirúrgicas de manera precisa.
Es importante destacar que, como cualquier procedimiento médico, la angiografía conlleva riesgos, y su realización se determina de manera individualizada, evaluando cuidadosamente los beneficios y riesgos para cada paciente.
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Arteriografía