Imagina que todas las venas y arterias de tu cuerpo se extendieran en línea recta: ¡darían la vuelta al mundo más de dos veces! Esta red circulatoria es esencial para que la vida fluya en ti, pero muchas veces solo la notamos cuando algo falla. Hoy quiero hablarte de un síntoma que miles de mis pacientes llevan a mi consulta: el dolor en las piernas. No es normal, no lo ignores, y aquí te explico por qué.
El dolor: una señal de alerta que no debes silenciar.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el dolor como una experiencia sensorial y emocional desagradable, generalmente ligada a una lesión real o potencial. En mis años de experiencia, he visto cómo muchos pacientes subestiman el dolor, especialmente en las piernas. Lo atribuyen al cansancio, la edad o el estrés, pero detrás puede esconderse un problema vascular, neurológico o incluso metabólico.
Existen dos tipos principales de dolor:
Dolor agudo: Aparece de repente, es intenso pero breve (como un calambre después de un esfuerzo).
Dolor crónico: Persiste durante semanas, meses o años. Este último es el más engañoso, porque nos acostumbramos a vivir con él, aunque limite nuestra calidad de vida.
¿Por qué me duelen las piernas? Las causas más comunes.
En mi especialidad, las causas circulatorias son frecuentes:
Problemas venosos: La insuficiencia venosa (várices) es la principal culpable. Las venas dañadas no retornan bien la sangre al corazón, causando pesadez, hinchazón y dolor sordo que empeora al estar de pie. Según estudios, el 11% de la población adulta sufre dolor a diario por esta causa.
Problemas arteriales: Menos común pero grave. La mala circulación arterial reduce el oxígeno en los músculos, provocando dolor al caminar (claudicación intermitente). Es típico en fumadores o personas con diabetes no controlada.
Neuropatías: Como la neuropatía diabética, que causa ardor, hormigueo o pinchazos. Un dato alarmante: en Latinoamérica, casi 100 millones de personas padecen dolor crónico, y muchos casos están ligados a la diabetes mal manejada.
Origen músculo-esquelético: Artritis, lesiones deportivas o desgaste articular.
Pero cuidado: el dolor puede ser multifactorial. He atendido pacientes con várices y artritis, o diabéticos con neuropatía y arterias obstruidas. Por eso, un diagnóstico preciso es clave.
¿Qué hago si me duele? Consejos prácticos desde la consulta.
No te automediques: Los analgésicos sólo enmascaran el problema. Un paciente llegó a mi consulta tras años de tomar ibuprofeno para un dolor en la pantorrilla; descubrimos una obstrucción arterial que requería cirugía.
Busca un especialista: Si el dolor persiste más de dos semanas, agenda una cita. Como angiólogo, evalúo la circulación con ecografías Doppler, pero también trabajo con reumatólogos, neurólogos y algólogos (expertos en dolor crónico).
Cuida tus hábitos:
Moverse es vital: Caminar 30 minutos al día activa la circulación venosa.
Controla la diabetes: El 70% de los diabéticos desarrolla neuropatía si no manejan su glucosa (datos de la American Diabetes Association).
Evita el tabaco: Daña las arterias y acelera la obstrucción.
Historias que inspiran: cuando el dolor tiene solución.
Recuerdo a una paciente de 68 años que llegó en silla de ruedas por un dolor insoportable en las piernas. Tras estudios, descubrimos una insuficiencia venosa severa y estenosis arterial. Con tratamiento combinado (escleroterapia y angioplastia), no solo dejó la silla, sino que hoy camina en el parque con sus nietos. El dolor no es un callejón sin salida, pero requiere actuar a tiempo.
Tu salud está en tus pies.
El dolor en las piernas no es normal, ni siquiera en la tercera edad. Es una señal de que algo no funciona bien, y tu cuerpo te pide ayuda. En el Centro de Atención Avanzada en Angiología, hemos comprobado que, al tratar la causa (ya sea vascular, nerviosa o articular), el dolor mejora o desaparece.
No permitas que el dolor limite tu vida. Como suelo decir: "Pon tus pies en las mejores manos… y sigue circulando".
Dr. Flores Nazario
Angiólogo y Cirujano Vascular.
Centro de Atención Avanzada en Angiología.
Contacto: floresnazariocanal@gmail.com
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¡No ignores el dolor en tus piernas!