Las úlceras crónicas en las piernas suelen ser interpretadas como simples complicaciones de la circulación, pero qué sucede cuando una herida que no sana es el primer síntoma de un cáncer. Desde su consultorio en Morelia, Michoacán, el Dr. Juan Francisco Flores Nazario, angiólogo y cirujano vascular especialista en pie diabético, relata el caso de don Polo para ilustrar la importancia de ir más allá del diagnóstico superficial y entender que no toda úlcera es igual.
La historia de don Polo: más allá de una trombosis.
"Don Polo me llegó a la consulta referido por otro colega, porque pensaba que era una trombosis venosa profunda. [...] llegó con una herida que tenía meses que la estaban tratando con pomadas, con apósitos... pero la característica de esta úlcera no era la clásica" — Dr. Flores Nazario.
A diferencia de lo que suele ocurrir con la mayoría de las úlceras venosas, esta lesión presentaba bordes desbordados, tipo coliflor o brócoli, y la pierna mostraba un aumento de volumen, sobre todo en las masas musculares, sin los signos típicos de inflamación asociada a trombosis. El ultrasonido y la exploración física condujeron a un hallazgo inesperado: los ganglios inguinales estaban duros y aumentados, lo que orientó al Dr. Flores Nazario a sospechar de un proceso maligno.
Diagnóstico preciso: clave para el tratamiento.
"La clínica no correspondía. [...] Pedí una tomografía y lo mandé con el oncólogo. El oncólogo le tomó una biopsia y se integró el diagnóstico de un linfoma. Es muy raro ver linfomas en la pierna." — Dr. Flores Nazario.
El caso de don Polo resalta la importancia de no conformarse con tratamientos superficiales o parches para heridas que no evolucionan bien. Un diagnóstico certero puede significar la diferencia entre la vida y la muerte, especialmente cuando una úlcera oculta un cáncer como ocurrió en este linfoma ulcerado.
Úlceras malignas y riesgo de cáncer.
"Un gran porcentaje de las úlceras que están entre más tiempo tengan sin curarse, mayor riesgo tienen de malignizarse. [...] Es un tejido que está luchando para cicatrizarse, para sanar, entonces es un estímulo constante y eso puede degenerar en una neoplasia, es decir, en un tejido maligno, en un cáncer." — Dr. Flores Nazario.
Existen dos grandes tipos de úlceras malignas:
Aquellas que nacen como cáncer de piel y se ulceran (como el carcinoma basocelular, el carcinoma de células escamosas y el melanoma maligno).
Úlceras crónicas, de larga evolución, que llegan a transformarse en cáncer por la inflamación permanente, conocidas como úlceras de Marjolin. (La úlcera de Marjolin (UM) se define como la formación de una neoplasia invasiva en una herida que ha sido crónicamente traumatizada, por lo que se encuentra en constante estado de inflamación. En pocas palabras, es un cáncer de piel que se desarrolla sobre tejido cicatrizal.)
La recomendación es clara: toda herida que no cicatriza en semanas debe ser evaluada por un especialista. "Las úlceras crónicas se pueden cerrar en el 90% de los casos si se identifica y corrige la causa subyacente," enfatiza el doctor.
No todo es circulación: otras causas de úlceras.
Flores Nazario destaca la importancia de diferenciar entre úlceras vasculares, isquémicas, infecciosas, inmunológicas y malignas. El tratamiento adecuado solo será posible si se reconoce correctamente la naturaleza de la lesión. “Si tú tienes meses o años con una úlcera, es importante que sepas que las úlceras crónicas se pueden cerrar, se pueden curar en el 90% de los casos,” recalca.
Referencias.
Flores Nazario, J.F. (Sesión ULCERAS - 17 ABRIL Mp3, Podcast Circulando): Testimonio y análisis de casos clínicos de úlceras complejas.
Podcast Flores Nazario: Episodio “Radiografía de las úlceras en las piernas desde la mirada crítica y experimentada del Dr. Flores Nazario”.
En resumen.
La observación cuidadosa, la experiencia clínica y la formación multidisciplinaria son esenciales para diferenciar una lesión común de una potencialmente mortal. Si sufres una herida que no cicatriza, ponla “en buenas manos” y consulta a un especialista. Úlceras crónicas requieren diagnósticos profundos, no solo curaciones superficiales. La vida puede depender de ello.
Úlceras crónicas.